27 de febrero de 2009

Las cosas que hoy haría.



Me gustaría abrazarme a tu silencio y confundirme con tus sellados labios ausentes, quitarte de mi asustada cabeza que hace tiritar el mundo que vivo,
la vida que retuerzo como puta asustada.

Quisiera hoy buscarte en los recuerdos,
en los minutos que buscan anidar en tu piel que esclaviza almas descompuestas, buscarte,
encontrarte entre anillos de lunas y lunares en el inmenso océano del sur del mundo, corazones corazas,
castillos de aguas y ojos clavados en la nada.

Hoy podría cerrar tus labios palpándolos con mis pensamientos sediciosos,
noches fatigadas,
licores turbios,
estrellas descocidas del cielo que se cae a pedazos como siniestra tormenta

Sueños que divulgo en gritos y consignas empapadas de deseos.

Hoy podría tomarte la mano y silenciarte con mi pecho,
dibujar sombras y transitar por tus sueños,
podría encontrarte después de buscarte por muchas partes,
esquinas sucias,
nalcas transparentes,
bosques cansados y caminos delirantes como mis ojos esta tarde.

Podría hoy despertarme de mi sueño que vivo,
que la realidad golpeara mi cara como puta enfurecida de la calle san Isidro
(hay como llueve en la calle san Isidro),
para así fortalecer mi propia realidad siniestra,
coimas de seducciones,
ángeles colgándome de sus alas,
cruces que despiertan vagabundos.

Podría hoy tirarte al abismo de mis ojos y descubrir inmensidades de historias,
espejos de mi alma y mis penas bastardas.

21 de febrero de 2009

años ausentes, ni ña lunatica del lunar camuflado


Tengo en mis manos asustadas pensamientos que tiritan a la orilla de un lago misterioso,
noche y silencio,
noche y tus ojos clavados en los míos que son como linternas en medio de la nada, sueños fatigados,
cansados de recorrer cuerpos que ya no existen.

Quisiera hoy poder esculpirte con mi herramienta mágica,
esculpir tu silueta que dibuja la sombra perfecta de memoria y barro,
noche clandestina en tus ojos asustados.

Mi espacio es el infinito del tuyo,
mis plegarias son tus palabras que no entiendo y me asustan,
cuando la luna se sumerge en las profundidades de lo imposible,
lo imposible como miedo fatigado.

Podrías hoy besar mi alma,
envolverte y dejarte seducir por lo profundo de mis caricias,
destruyendo constelaciones,
inventando caminos que recorren tu cuerpo de niña fatigada,
tus risas y las melodías de lo lejano,
melodías de mi cajón secreto y mis putas lagrimas que buscan algo que extraviaron hace años,
años distantes y dolorosos como estos ojos que hoy tengo.

Recorro hoy inmóvil tu tiempo que busco para pertenecer a tu rutina,
buscándote entre anillos del universo coloquial como tus senos lunares,
lunares de belleza en tu rostro que se parece al infinito del espacio que invento,
cabezas asustadas,
cuerpos colgados en homenaje a la nada,
cortes sin sentido en las muñecas castigadas.

Noche silenciosa,
noche oculta en la soledad que respiro en el acogedor lugar de tus labios trasparentes, trasparentes,
silenciosos como caminante de mochila y pesos que buscan esconder algo al sur del mundo.

Donde estas esta noche mujer de los años gastados,
mujer del amanecer y soles ocultos donde tirita el castigo de la humanidad deshumanizada con licores que son productos de espanto y polvo de huesos asustados, asustados pensamientos que tiritan cuando mi acto se hace palpable.

Quisiera que hoy miraras mis ojos y te refugiaras en ellos,
así el mundo no podrá corroer tu sencilla belleza,
tu lunar que esconde secretos seductores de fantasías camufladas en recuerdos amarillos,
redondos como un verano que se acaba.

Hay algunos momentos que aun no se acaban en mi cabeza abstracta e insisten en permanecer dentro de mi alma de acero,
fundido acero de recuerdos y penas mas grande aun que la luna reflejada en su lago maldito,
donde son tus manos las que acariciaban el frió del amanecer que desconozco,
aquel donde distes la espalda a mi historia y pasos vagabundos que recorro,
mi mundo,
mi vida y mis putas cosas guardadas como tesoro espantoso.

Hoy quisiera escupir al cielo y que dios recibiera el escupo de la humanidad para que nos deje tomar decisiones que un día lamentaremos,
hijos del tiempo que no existe,
frutos celestiales de ángeles que desconozco como tu cuerpo esta tarde,
tarde camuflada de silencios,
vendas,
asustados pasos como mi alma que se estremece junto a la tuya.