21 de junio de 2015

Padre nuestro

Al señor crucificado debo aclararle que el honor del cansancio y el hambre le corresponde a los coronados con la infamia del futuro endeudado y miserable que no reconoció Ud. Auto coronado rey a manera de general golpista. Comprenda que su corona de espinas es menos dolorosa que la corona de deudas y humillaciones de las putas que respiran este aire impuro como las almas de tus embajadores con manos y puestos cargados de sangre, sangre y traiciones de muertos que aún no se encuentran clasificados como tales. Debe saber que la honra borracha le corresponde solo a la dignidad del poeta y artistas que lustran las botas cargadas de la visión limosnera del Estado que nos confunde con sus discursos de patrones piadosos como Ud. con sus apóstoles a manera de abandonados seguidores de la idea desaparecida de la utopía que nos dejaste como tarea con las manos desarmadas. Padre nuestro que estas en los cielos, rescátanos y deja tu reino, busca a los cadáveres guachos que son tus espinas en la cabeza que debe atormentarte por tu discapacidad paterna. Padre de otros hijos, no a los que dejaste solo el pagar tributo, abandona a mis seres adormecidos con tus promesas falsas como abrazos y teletones degradantes a la condición humana. Patrón nuestro que estas con tu langosta de burlas al hambre de tus sirvientes, no ofrezcas tu reino a quienes con harapos viven.