30 de junio de 2016

Memorias. Restituir realiad.

Tengo recuerdos que dispararan estrellas fugases fuera del universo que estructura la vida de fantasías invisibles sedientitas de licores rotos desparramados en noches que deambulan bajo refugios de acero, a manera de almas escupiendo cruces castigadas con coronas dolorosas de injusticias que organiza un mundo oscuro, recordándonos la miserable existencia de las matemáticas satánicas y estadísticas con sus mordeduras de realidad. Soy dueño de sus lágrimas desechadas con las cuales riego el dolor humano que explota cada miserable mañana en mi cara desfigurada por la rutina que busco conectar a mi lógica insertada a modo de programa televisivo, arrodillado ante la prostitución de este lugar llamado hogar, donde banderas son bailarinas que mendigan limosnas de fantasmas sin la coherencia lógica de quien escupe y llora sangre cada día bastado, buscando el sentido para continuar un camino olvidado por las luces de los faros guiando su rumbo incierto. Tengo en mis manos la carga histórica de la histeria colectiva de quienes abrigan a sus duendes mitológicos con mantas de una castilla patética, existente solo en sus relatos bastardos y vacíos que despojan a mi realidad miserable, a modo de verdugos cortando arboles eternos de mi paisaje abrigador de lunas llenas de luz y energías irreales como el pan que abriga mi infancia dentro de la armadura armada con la desconfianza adquirida bajo mi propio repudio. Tengo el repudio des humanizados de la vida castigada con sus cóleras vestidas con sus túnicas derramadas con tinta sangre.

3 de junio de 2016

Esta noche lluviosa de mierda.

Esta noche que llora como la historia de la humanidad gastada del arrastrarse para mantener su condición de viva, desapareciendo de nuestra conciencia que se emborracha como puta furiosa en negras calles olvidadas por todos los dioses malditos y miserables que no existen en el hambre sanguinario de los infantes del tiempo perdido a modo de llaves olvidadas al fondo de la copa cargada de vino misterioso. Me asechan las oscuras calles hambrientas por arrancarme la existencia de mi cuerpo parecido a maleta misteriosa que viaja en las manos del vagabundo sin sentido, sin rumbo ni tiempo del cual aferrarse en el extravío eterno de su rumbo inexistente, a la deriva de lo cotidiano y caminando a modo de sonámbulo de las tristezas y nostalgias cargadas de historias, vidas, y seres galácticos que construyen asi su condición de abandono. Esta noche que llora aun piensa en sus lunas de antaño, aquellas que nos abrigaron y cobijaron a modo de niño asustado envuelto en su propio cuerpo y sueños malditos, creados por los soñadores con boinas y bigotes satánicos y seguidores del sin sentido, amasadores de panes y vidas castigadas con el pasado inventado con relatos parecidos a ese libro que escupe historias irreales de fatigadas mentes invisible ante la lógica que desaparece en la fe humana civilizada con oro maldito.