6 de agosto de 2012
07- 08 12
Quisiera un descanso cósmico penetrando sistemas galácticos del presente cansado de espiar lamentos camuflados en noches con ojos de espantapájaros,
alientos lanzados a estrellas que tiritan con actos pasajeros,
con luces de faros en mares profundos y sin puertos.
Revotan en la oscuridad palabras y actos que despliegan lagrimas negras como banderas derrotadas por sentimientos
armados con escalofríos y miedos como futuros sin respuestas.
Hay en vuelos de palomas aleteos que perduran noches enteras y mañanas eternas jugando a lo perdido en el tiempo,
segundos,
horas y siglos que asustan cada cansado paso de la realidad que acompaña un mundo que nos escupe en la cara al abrir los ojos que capturan imágenes cargadas de maldiciones y copas tiritando al borde de la mesa que nos apunta con dedos de verdugo.
Comienzan mis pupilas a dilatarse entre lo imposible y lejano del siglo abrazando milenios de dudas dentro del cuerpo cristalino con tiempo a punto de desvanecerse en intentos fallidos de alcanzar soles y planetas esotéricos ,
imaginarios poéticos de la literatura bastarda del sin sentido castigado en cortes ambicioso de nostalgias.
Noche ajena suelta mis extensiones de almas que abrazan mi cuerpo deambulando en la existencia gastada,
bordeando las tinieblas con las llaves perdidas al fondo de la cabeza y su abismo burlado por mi caminar de fantasma sobre el asfalto.
Tengo un reloj gigante colgando de mi vida.
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