12 de mayo de 2016

A mi paisaje amado. Mi cielo y lago del fin del mundo.. (Chiloe resiste)

Espejos de años abrigados con amasados panes y cielos de misericordia ante la vulnerabilidad precaria de quien carga al hombro su mochila llena de vida y risas y mas risas alegres esperadas desde un año maldito lleno de egoísmo en la cuidad putrefacta del sin sentido, esperando mi bosque y el lago mistico y misterioso al fin del mundo donde duendes y personajes danzan con nuestra fantasia inventada a forma de escape de una rutina maldita, esperando mi estrella en ese sitio donde expongo mi horizontalidad con la historia de la evolución con la que juego y pataleo en ese lago que busca el final de la vida. Hoy mis letras son mas negras que antes, mi paisaje desaparece y desde esta ciudad camuflada en la rutina expongo una lagrima maldita y negra por mi alma que busca como escapar a mi paisaje amado, aquel que varios años limpia mi alma a modo de técnica revisión y cambios de aceites que son vino sagrado junto al curanto que hoy es veneno maldito de nuestro maldito sin sentido. Descuartizo ancias milenarias cargadas con las Adas del bosque que alumbran el camino en la oscuridad de explorar y asumir lo miserable de nuestras vidas, ganas milenarias de descuartizar a quienes buscan exterminar mi curanto y nalcas cargadas con la historia milenaria de hombres que no son entendidios desde lo céntrico de un poder siniestro coludido con la irracionalidad de quien abandona su sentido de vida y carga sus armas como cargando billeteras que solo escupen a su cara. Los Invunches comienzan a trabajar en los sueños de quienes el bosque nos ha abrazado con sus alerces y barbas de viejos, seguimos los pasos de quienes abren sus brazos cuando la evolución se contradice frente a nuetros ojos con lunas gigantes y fuegos cargados de respeto. Hijos de la mitología, acudimos al llamado histérico que los seres fantasiosos de la rutina de una isla nos alumbra cada dia al despertar y nos grita la invitación para sanarnos. Chiloe resiste Chiloe vive en nuestra cotidianidad. Lago del fin del mundo, escapare a defender tu claridad.