A LA MADRE CHUCHA.

Hoy el mundo basuriento escupió mis brazos castigados con cóleras de niño burgués, asustó a mis negros pájaros que respondían no se que abstractas preguntas del amor sin razón ni destino,
ni tierras ni lugares asustados como nostálgicos corazones hambrientos de lujurias y emociones tristes como abandonado faro en medio de la gran madre océano y porteño, escalando cerros de misericordias orinadas.

Temo hoy a ese no lugar soñado en pesadillas infantes en mis ojos soñolientos de risas y vagabundeos sin destino,
ese estallar del que transita cansado ya por una ciudad cansada,
necesitado de caricias sin prejuicios ni ociosos discursos de bigotes que no asumo y busco aniquilarlos esta madrugada inexistente como estas lagrimas que vomito cuando la inmunidad hace de lo suyo en mi cabeza ligera.

Busco esta mañana tus manos imaginarlas cercas de mi cuerpo desechado por lo complejo de mi alma, alma-sociedad- planetaria, mi alma globalizada,
en las manos de aquellos que nos dijeron que tiritaríamos de miedo y angustia cuando el pan dejara su vapor histórico e histérico como estas corazonadas de acero que blindan mis ojos que aun no descubro.

Somos los hijos de los que el mundo desecho en su afán de libertad que excluyo
mis brazos cuando se alzaron,
me reconozco irreconocible tras mi pañuelo bombardeado con gases que no solo irritan ojos y gargantas,
gargantas llenas de mariposas que suelen volarse cuando mis manos se estiran para buscar y construir refugios en otras estiradas manos,
pues esta que traigo ya casi no existen.


Levanto mis plegarias sin fe hacia un mundo sumergido en las sombras que aniquilan los cantos de gorriones en mi casa cansada de soledad,
sin plantas,
sin cachorros que llenen mi angustiado vacío de amor sin caricias.

Mis ojos vacíos,
reflejos de la vida vacía sin dirección ni norte,
asumiendo la realidad que no busco construir ni transformar.

Los años gastados con casas de conocimientos sin comprensión,
ojos que busco dentro de la institucionalidad satánica del sin sentido…

Donde estoy…..
Si no volando contigo.

Sobre noches y recuerdos: Árboles nocturnos ausentes.

Mantengo serenatas inconclusas como astros de olvido entre mis sabanas,
brillantes distancias de anhelos que se acostumbraron al su lugar imposible de mi alma encerrada entre tantas lagrimas ocultas de mi rostro que es mascara de ritos y mitos llena de vida y vida incapaz de vivirse.

Consignas de soledad en noches como en las cuales derramo tristeza sudando arrepentimientos dejados de lado hace años cuando mi mundo comenzaba a dispararse por la historia y sus caminos de sangre,
mesas con panes de vapores que abrigan cuerpos como el mío,
silueta mendigando espacios eternos en mi coraza impenetrable por cuchillos y sogas amarradas al cuello.

Hay tiempos que no perdono como camas que no visito,
nostalgias de niño que busca cobijo donde antes existían cuervos con ansias de picotear mis ojos que mutan de carne a tierra abstracta,
de cuadros y pinceles que dibujan la historia histérica de mis relatos escondidos tras mis mascaras (aquellas parecidas a las del poema “El Loco” de Khalil Gibran).

Traigo hoy mi mensaje al mundo que me escucha dándome una espalda de rechazo y mañanas de fríos en calles que no recorro por mis miedos y vivencias inquisidoras de niñez inagotable,
experiencias de exteriores que no asumió mi cuerpo al momento de estirar mis dedos perdidos entre la lujuria y la razón sin razonamiento acumulado en estos años y siglos que ando vagabundeando experiencias a modo de ladrillos y estructuras que aguanten el peso de mis tristezas.

Ojos cansados con sueño y sueños que se acumulan como deseos,
castigos amnistiados por la humanidad inagotable de mis estrellas y mis mensajeras palomas de plazas y oscuros pasajes de miedo ausente.

Hay hoy una cadena que hace imposible mi presencia donde quisiera plasmar mi existencia vacía,
vacía y jugando un peligroso encuentro con la negación de si misma,
azules cielos,
cordilleras gigantes e imponentes que andan como locas por la tierra recordando su imposible ascenso,
ascensores de barrios porteños construidos con paciencias y dibujos sobre papeles que fabrican neblinas en mis ojos esta noche.

Mi noche no pertenece a sus noches,
es diferente como lo es mi pensamiento de esquizofrenia asustada realizando el ritual poético de las palabras que buscan imágenes soñadoras con cambios y transformaciones revolucionarias de almas que mendigan caricias,
aquellas que un día, hace siglos distantes,
abrieron sus aposentos a mi cuerpo que tiritaba de llanto y frió.

OJOS DEL MISTRIOS. TIEMPO OCULTO. (Gamal Omar) Compartir

Ojos asustados veo,
siluetas camufladas entre postes de callejones familiares alumbrando miseria y descontento,
cielos fatigados con lujurias,
gargantas tuberculosicas con hambre de distancia y agitaciones tectónicas en ciudades parecidas a desiertos escalofriantes.

Ojos cansados veo,
siluetas de mendigos alumbrando orillas desconocidas por la luz de mi faro soñoliento, alucinaciones perseguidas por prostitutas ausentes como fantasmas de mi conciencia daltónica.

Tengo manos escondidas debajo de mi lengua que hoy es signo de soledad palpable, misterios entre mis dedos que se camuflan con nieblas de silencios,
lluvias asesinas en mis pasos de nostalgia ya cansada con tanto esqueleto colgando de mis pupilas irritadas.

Esta noche deambulo por mis cuerpos ausentes y mi alma memorable,
dando caricias a mis momentos que se han trasformado en recuerdo mutando en penas gigantes,
oscuras calles,
manos de abrazos incomprensibles,
sexos de olvidados sentidos como amores irreconocibles llenos de historias malditas.

Traigo licores de in-memorias recordadas a la fuerza,
hoy soy un montón de lagrimas cocodrilientas como algunas manos que desconozco mías, tirado,
acostado sobre húmedos pavimentos de vagabundeo energizados con cólera y furias.

Traigo deseos de cariños a palomas que dejaron su nido con formas de brazos de abrigos, calores de cantos de la vida que encuentro hoy perdida como algunos asuntos con fusiles utópicos.

Hoy encuentro un manifiesto perdido hace siglo como las llaves de algunas razones que tiritan de angustia y frío,
gotas vacías de risas que no encuentro al final de mis licores ausentes esta noche oscura como mi alma,
suicidios frustrados,
ansias de finales cortantes o colgantes como poema maldito con cuervos y conciencias castigas con culpas asumidas con tiempo y sangre.

25/04710 Noche ausente…

Traigo ojos giratorios de luces ocultas,
alma inmemorable de monumentos abstractos como mis manos cansados de luchas vacías, luciérnagas malditas alumbrando recuerdos malditos.

Traigo un cuerpo gastado mirando un cielo ausente,
gotas de mi llanto silencioso de incomprensiones,
gastados pensamientos esquizofrénicos con actos suicidas en mi corazón transparente.

Ojos silenciosos que buscan algo que no encuentran ni aun en mis cuerpos preferidos,
en mis sudores preferidos y amados aun mas que mi existencia intrascendente.

Traigo bolsillos vacíos y fantasmas con bigotes enormes,
cordilleras monumentales de vicios asumidos como respuesta a mi pena gigante,
pensamientos que ni Pablo de Rocka entendería esta noche sin alma que llora como en los años lejanos de mi lucidez fatigada como mi cuerpo esta noche.

Traigo esta noche un cuerpo oculto de deseos que desconozco,
mi mochila cargada con miradas perdidas allá a lo lejos,
en el horizonte perdido entre las brumas,
niebla inagotable de mis secretos,
secretos castigados con cortes y cuchillos de sangre y cólera en mis brazos invisibles, brazos abiertos,
dedos que tiritan de deseos que no busco,
búsqueda paranoica de un pasado que ya no recuerdo.

Traigo una mochila tectónica llena de movimientos que no siento,
sentimientos cargados con deseos que desaparecen en mis madrugadas silenciosas,
silencio lleno de negros inconfundibles,
luto abstracto estéticamente imperfecto,
compartiendo desnudez con Ángeles misteriosos.

Soy un faro perdido en medio de la nada,
un silencio cómplice y ausente en sus vidas cargadas de vida,
alimentándome de sus desechos de sonrisas que busco reír.

La tierra esta viva.

Luciérnagas de despojo rodean banquetes desechados por reyes inquisidores,
fantasmas de encierro manipulan cabezas de hambre y lujuria,
sueños vacíos,
copas castigadas con deseos subterráneos de algunas cabezas inexistentes.

Hay destellos de locuras desde tus ojos que danzan junto a los nubarrones de miseria, cantando homenajes vacilones entre millones de personajes con bigotes,
cansados hombres de la tierra inquieta con escalofríos tectónicos,
tiritones de la profundidad satánica con olas de instinto carroñero.

Mi país cansado,
castigado con fusiles de misericordia,
con plegarias divinas y oscurecidas en la mano que danza entre lo humano y lo abstracto.

Hay negros pensamientos en gargantas sedientas de agua y angustia,
nudos que asfixian almas y razones sin razonamientos,
culpas sin culpas interiores como reflejo del movimiento destruido,
adobe danzando,
mármoles quebrados,
concretos que ya no son tan concretos.

La tierra esta viva y danza como puta en el epicentro de la calle san isidro,
aquella que guarda lluvias asesinas de mierda y friolentos comportamientos que aun no explico.

La tierra esta viva.

Gritos nocturnos.

Soy como un grito que inunda el todo vacío,
ausencia dispareja en busca de mi alma hambrienta,
fallidos vuelos,
lejanos azules de hondura y calma,
pájaros de distancia y gargantas secas en noches muertas.

Soy un grito negro que cierra los ojos recodando barbudos fantasmas que persiguen fantasías con calambres,
con besos y versos secuestrando prostitutas memorables.

Mis noches queridas buscando las manos del tiempo,
mi tiempo lejano como faro en medio de la nada,
carretera aislada de mi razón desesperada.

Noches mías,
ovíllenme hoy se los pido,
escóndanme en sus brazos oscuros donde encuentro mi nido.

Hay respuestas que no el viento proclama,
ni mares ni amores de distancia,
lunares que desaparecen como mi luna agitada.