23 de julio de 2007

SANTIAGO DE CHILE


Santiago de chile, metro Estación Baquedano, seis de la tarde de un día lluvioso, las personas caminan, solamente caminan olvidando hacia donde van, no miran al frente, esconden sus miradas de la angustia que los rodea, el miedo y el fracaso los van envolviendo como una manta de humo negro, sus cabezas se alejan de búsquedas e ideales ausentes en este sistema que los ha olvidado y cambiado por caras bellas y cuerpos plásticos como sus tarjetas de crédito.
A donde vamos, a donde voy, por que estoy acá, a las seis de la tarde en esta estación de mierda repleta de cuerpo inertes con una extraña mezcla de culpa y rabia, prepotencia y amabilidad encubierta por ceder el asiento a la abuelita que ya estaba hace muchos años cansada.
Tengo algo en mi garganta que no puede salir hasta quizás cuando me acueste y derrame algunas de las lagrimas habituales que lavan mi cara por la ausencia eterna que siento, desesperanza y ambiciones externas, ilusiones fabricadas desde la pantalla de mi televisor oscuro, de mi pantalla pequeña que sumerge el pensamiento hacia algunos cuestionamientos absurdos.
Estamos en un frasco de licor maldito, donde ni el viento ni el amor soplan ninguna cara ni alma, donde las manos chocan con las paredes que nos protegen o limitan a la inmovilidad de nuestras almas, de nuestros amores y realidades bastardas que nos hacen dudar de cuando “florecerán los Aromos”, si lo harán y si vale la pena que lo hagan, pues ya no están acá para jugar y compartir espacios y momentos con nosotros. Dudar, derecho y obligación moral, la duda, mil veces silenciada, dudar, pasó primero a la transformación de nuestras realidades.
Hay vientos que en mi cabeza no soplan, preguntas y respuestas inmediatas, comprender esta cosa que tanto daño nos ha hecho, noción de patria absurda, banderas y escudos, monumentos y nombres de plazas y calles a la vergüenza y característica natural de este país silencioso y silenciado. País de dudas, país de rojas casas teñidas por la sangre y el abandono, la historia pisoteada, los recuerdos cansados del manejo gubernamental con su oscuro manejo institucional, país individual, solidario solo con Don Francisco y su billetera maldita, repleta de la solidaridad del los que solo buscamos una excusa para poder seguir caminado sin tanta vergüenza al descubrir entre cartones camas y niños cubiertos de frió, pan verdoso, olor a orina deshumanizada olor a realidades oscuras.
Metro Baquedano, repleto de nuevo por la mierda, y en el apretón maldito que me da el un sujeto contra la puerta del tren, mi grito se escucho hasta La Moneda,
¡¡¡PIDO RESPETO!!!!

22 de julio de 2007

TENGO MIEDO


Tengo miedo,
el silencio me cruza como tu ausencia esta helada noche,
cuando miro por la ventana la preciosa cordillera que encandila los ojos nublados que me tiñen la mirada por unos instantes.

Sonrisas ocultas,
caricias que se asustan al descubrir al final de mi paseo antiguo tu escultura desaparecida,
tu mirada a la espera de mi gesto liberador,
cigarrillos cansados como estos que estoy fumando tiñen mis dedos clandestinos con su nicotina mágica,
cenizas del espanto y distancia,
papelillos gastados y dos colillas putrefactas,
cosas que me dejaron algunas personas que pasaron frente a la mirada de mi encendida cabeza y pensamientos abstractos,
inubicables,
indecibles como la forma de hacer mi noche parecida a la tuya,
donde estas,
si no volando conmigo?

17 de julio de 2007

SUPE DE UN MUNDO QUE ERA DIFICIL.


Supe de un mundo que era difícil,
como también alucine con la esperanza de cambiarlo y descuartizar algunas fantasías que las supe inútiles al momento en que me hicieron tiritar la pera de mi rostro ya cubierto de llantos y mas llantos,
de una pena incansable en mis ojos que se hacían cada día mas viento y nubes,
supe de la ausencia,
de tus recuerdos y tus pechos sobre mi pecho de acero,
de piezas con techos gigantes y otros mas pequeños,
de mi velador cansado de guardar recuerdos y mas recuerdos de un pasado que ya no vino mas,
ni alegrías ni sueños,
esperanzas ni futuros.

Supe de un mundo que era difícil.
Puertos cansados,
atroces, putrefactos con la orina de la humanidad deshumanizada,
escaleras con tus manos,
con tus pies y ojos,
estrechas y altas hasta el cielo que nos prometía mantenernos en ese momento.

Supe hoy de mis recuerdos,
pájaros silenciosos,
ángeles perfectos,
alegrías gigantes versus el peso de mi mochila llena de errores.

Comprendí ahí un mundo difícil,
ojos silenciosos,
recuerdos que hacen tiritar mi pelo,
nublarse mis manos y crecer mis uñas,
buscando la estrella que cuelga de la luna,
una visión abstracta como mi bigote forzado,
castigado como mis brazos,
mis dudas extranjeras,
ajenas de mis fracasos.

Podría estrecharte un rato hoy, cuando comprendí un mundo difícil

Recordando algunas calles y plazas,
camas y cuartos,
encontré tus palabras,
encandilan, brilla una ausencia necesaria,
noches lluviosas,
espantapájaros con olor a distancias calidas,
tus palabras camufladas
y mi recuerdo en la mirada.

cicletada por la memoria

15 de julio de 2007

DEJAME HOY MATAR AL CIELO LLUVIOSO DE MIERDA.


(HAY SI PUEDIERA ESCRIBIR TODO LO QUE ME ATACA Y GOLPEA.)
Déjame hoy matar al cielo,

déjame ser distante en tu camino que recorre tus ilusiones frustradas,

ni hay neblinas mágicas ni sonrisas eternas en mi garganta lejana,

compañía dudosa de los caminos demostrados con fracasos y mas fracasos;

Déjame matar al cielo, lluvioso de mierda,

déjame desaparecer en este cielo rojo que habita mi conciencia gastada,

Donde estamos, caminamos sobre que pilares destruidos,

permíteme matar a las estrellas,

permíteme descuartizar los cometas y astros asilados dentro de tu cuerpo galáctico,

déjame por favor matar a la lluvia.


Mi cielo,

mi lluvia clandestina y confusa,

despiertas en mis maletas hechas para mi destierro,

busca mi alma de la noche y el calor de tus ojos gastados y recordados por mi alma

oscura como siempre,

Solo dejame matar a las estrellas y a esta noche lluviosa de mierda.

13 de julio de 2007

Y NADA MAS.



Y NADA MÁS. Silvio Rodríguez.

Esta extraña tarde desde mi ventana,
trae la brisa vieja de por la mañana,
no hay nada aquí solo unos días que se aprestan a pasar,
solo una tarde en que se puede respirar,
un diminuto instante inmenso en el vivir
después mirar la realidad y nada mas,
y nada mas.

Ahora me parece que hubiera vivido,
un caudal de siglos por viejos caminos,
no hay nada aquí solo unos días que se aprestan a pasar,
solo una tarde que se puede respirar,
un diminuto instante inmenso en el vivir,
después mirar la realidad y nada mas,
y nada mas.

1 de julio de 2007