13 de julio de 2009

Autorretrato nocturno



Soy como la noche que se satura de fracasos,
silencio de estrellas lejanas como el tiempo que se me escapa,
noches con astros,
noches sin sueños en el universo galáctico de mis pensamientos.

Soy como el caminante que desaparece entre las sombras,
faro escondido entre las brumas,
distancias lejanas como siluetas manoseadas.

Soy el miedo de prostitutas vagando entre miles de manos,
licor roto de vacíos vasos,
una copa,
dos copas de horizonte y ojos asustados de extraviadas palomas espantando barcos.

Mi lenguaje se rearma con la búsqueda de tu cuerpo,
cuerpo escondido,
carne oculta de mis labios proclamando el misterio del universo,
universo estrellado de consignas,
consignas malditas del tiempo olvidado,
olvido mutilante del destierro,
destierro mi alma de mi cuerpo esta noche ausente,
ausencia fusilada mil veces por galácticos sacerdotes con barba y gigotes,
cargados con el miedo ancestral de hombre.
Homo sapiens,
homo sapiens sapiens,
verdugos inquisidores de la naturaleza castrada en mis sabanas de ilusiones hermenéuticas,
dialécticas combatiendo dialógicas,
combates del sin sentido en una razón miserable,
razón escondida bajo un poste,
razonamiento colgando una noche de un mayo fusilado,
Goya saltando de ira,
Allan Poe que mira detrás de su cuervo de culpas,
Núñez trasformando el manto blanco de dudas en negros cargados con sangre,
negro oscuro,
negro fatigado por un blanco invitando a destruirlo,
blanco de luces,
blanco de miedos saturados de negros,
contraste inseparable de mi pensamiento esquizofrénico.

Está la noche para escupir algunos astros,
astros como cruces que no responden a mis manos.
El viaje que emprendo,
emprendo como buscando mi ciudad imaginaria,
mi ciudad con fantasmas,
mi ciudad con ángeles que abrigan en las madrugadas de frío,
callejones que reconozco como mi casa,
casa habitada con silencio lleno de gritos,
comunicación del alma saltando a los hombros de poetas malditos,
maldición de la búsqueda de pájaros que cuelgan como banderas en lunes sin remedios, cuando el mundo se me viene encima como saturando mis bolsillos gastados,
vacíos miserables de mi intransigencia honorable,
pelos en los hombros,
sur de un país escandaloso,
escenario de siluetas y personajes con lunares parecidos a las lunas de mis noches imposibles de su compañía.

Estoy arrodillado,
rendido ante lo sublime de tus pasos,
sublime abismo que mira como ladro en su infinito cuestionable,
negro vagabundo,
vagabundo ambiguo vestido de blanco,
ambiguo vestido de alma y luna,
alma camuflada entre plazas apropiadas para mi alma oculta en si misma.

Escondo algunas cosas en mi acero corazonable,
corazón que no baja sus manos aun cuando el aplastamiento es insostenible.

Nieblas con dudas cuestionan mi posición delirante,
jotes mirando mi cadáver abandonado con tanto licor amanecido,
mi objeto no es su objeto,
mis manos no son presagio de mis sentimientos y lagrimas en nubes sin castigos, castigo deseado como para borrar mi inmunidad ante mis ojos teñidos de maldades,
ojos castigados,
ojos asustados con sueños sin sueños de proyectarse.

Quisiera hoy escupir cruces con cristos desangrados,
burlarme de su dolor misericorde y trasformarlo en hombre,
trasformación deseable como la vuelta a mi origen (Ursprung olvidado),
círculos de virtudes en la complejidad del pensamiento.

Tengo sed esta noche que amenaza con noches de nicotinas mágicas,
destapando recuerdos,
botando algunas lagrimas,
lagrimas de algunos seres que se aparecen juzgantes ante mi existencia,
ante mi presente que ya no conoce su pasado,
pasado de historias que olvido,
olvido de esencias como un pan ardiente de cariños.

Tengo miedo de septiembre y sus relatos,
septiembre que suman años a mi cuerpo ya cansado hace millones de noches,
noches que atan mi historia,
historias que descosen mis noches.

Tengo un poco de miedo hoy cuando el sol muestra su distancia,
soles de inmensos sueños que no alcanzo a soñarlos,
mis errores y metamorfosis en cucarachas que arman y desarman en mundo donde cuelgo,
cuelgo consignas,
cuelgo teorías invalidas de verdades,
verdades que mutilan dudas necesarias dudas para mi cigarrillo cubierto de huesos.

Hay ojos que miran mi silueta que se pierde entre el polvo oscuro de mis frustraciones, rojos y negros que solo son sangre y vacío,
muñecas castigadas,
horas eternas en camas mendigadas,
realidades rodeadas con soledades compartiendo mi cama.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me cuesta a veces escribir aquí
no sé qué podría agregar a lo que ya has dicho
hay mucho de esos miedos que comparto
y otras cosas que no y aun así me duele leerlas
Mi miedo se vuelve asesino cuando pienso en tu retrato nublarse algún día
Quisiera tomar entre mis manos cada inicio de septiembre y suavizarlo un poco
o al menos a uno de tus miedos..
saciar cualquier cosa, una diminuta parte

nada que no te haya dicho ya supongo

Villanita/Tita dijo...

Tanto tiempo!. Volvi a mi blog.
Saludos.