23 de octubre de 2015
Resistencia al discurso.
Camuflo sueños sobre experiencias vacías de momentos decorados con vicios a manera de árbol navideño recodado en secuencias de deseos sedientos e individualismos,
así es como descuartizo aves mensajeras de guerras inútilmente acariciadas por sacerdotes violadores de futuros y cruces en hostigamientos morales dentro del el siglo perteneciente a los ángeles suicidas del tiempo olvidado por religiones absurdas y sin destino.
Camuflo sueños y descubro recuerdos que tiritaron con el intento invasivo de la porfía satánica con razones ausentes de lógica desde el propio origen de su existencia oscura y silenciosa,
así es como recorro el mundo reducido a la mirada perdida al fondo del horizonte confundido mil veces con el fin del mundo,
con la distancia impenetrable como cuevas habitadas por personajes de años lejanos como resplandores de estrellas muertas lejos en el cosmos y universos fatigados con mis pasos.
Camuflo el extravío de mis pisadas en el desierto de mi trascendencia despoblada de proyecciones constructivos de futuros esplendores,
decorado con corbatas de hipocresías,
pierdo mis zapatos cada luna llena que refleja episodios enterrados bajos nalcas y curantos dentro de hoyos y alcoholes extasiados con lenguas que desatan paisajes poéticos a modo del relato pictórico del surrealismo parecido al “Perro andaluz” que resiste el olvido.
Hago visible el cuervo que abandonó a Alan Poe cuando su picoteo se transformó en rutina,
adoptándolo y cobijándolo a manera de niña perdida al fondo de las brumas semejantes a las llaves que abrían ciertas puertas muchos siglos clausuradas por la fatiga causada con tanto paso abandonado a la suerte del tiempo y la poesía existencialista de quien no dirige su rumbo.
Caminos cansados veo,
fatigados con el deambular metafísico de energías podridas con historias podridas por seres que pastorean moscas miserables a manera de corderos celestiales cargados con la sabiduría bíblica de relatos de antaño,
hundiendo vidas y futuros,
ametrallados con actos autorreferenciales del heroísmo absurdo de quien solo salva su discurso podrido con fracasos no asumidos.
Expongo clavos,
millones de clavos que arman la crucifixión planeada por los creadores del abandono,
crucifixión con su horizonte resulto desde que las gargantas dejaron su consigna religiosa bajo la institucionalidad satánica del sin sentido,
aquel mismo que confundió nuestros pasos.
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