Mi grito se oscurece en las entrañas.

Tengo un grito ahogado en mis ojos inundados,
nostalgias de plegarias y sacerdotes de los fantasmas emborrachados,
gargantas hambrientas de siluetas,
noches que vigilan como guardianes de las memorias inexistentes,
licores mojados con penas aun más grandes de mi cabeza confundida.
Si yo pudiera esculpirles mis montañas de recuerdos,
si pudiera trasformar pintura en verdades que asustan a los abstractos pensamientos de personajes correctos,
mi grito se expendería por millones de kilómetros aun no recorridos por mis pasos cansados de poeta fatigado,
vinos oscuros,
licores con sombras que me persiguen como cuervos malditos de mi cabeza paranoica, hay gentes si escucharan mis gritos, hay de Uds. si buscaran su rumbo perdido, encontrarían negras luces como recordatorio de mi ausencia esquizofrenica,
asustando niños en las plazas,
asustando a palomas en las avenidas olvidadas, donde perdimos mas que segundos, donde el tiempo nos hizo inmóvil como faro en medio de la nada