28 de abril de 2006

PIDO RESPETO III


Pasa el tiempo gritando consignas que mi alma devora con hambruna,
Recibo la distancia de tu cuerpo como si este fuera la razón de las maletas de la melancolía, despierto buscando una mano que destierre la vergüenza de los hombres que lloran por saber quienes son,
Por distanciarse de la noche que los atrapa con su guante misterioso, volando estamos, hacia los confines del cuerpo agredido;
Busco ese polvo de huesos podridos, amantes de la miseria y el desamparo, despertando como quien despierta después de mil años anestesiado con tanto licor siniestro, grito como si el mundo fuera mío, aniquilo los kilometrajes de las preguntas que hago al abismo, a las mujeres que me dejaron distante con el amor, las cosas que me destrozaron la lógica del mundo, ¡malditos ladrones! Desvuélvanme la imagen de la alegría infinita, mis mascaras secretas mi tiempo lejano, mis dudas validas con su tono secreto; mis amigos, déjenme claro la relación que tienen con mis manos, con mis fantasmas que deambulan aun por mi conciencia alcohólica, vagabunda y lejana como un reloj de flores veraniegas, lejanos, distantes seres de lo que no verán jamás mis rodillas destrozadas, mi alma herida con el aguacero torrencial, como si los cielos se derrumbaran ante su presencia demoníaca.
Sabemos de la pregunta que nos hace la lejanía respecto a nuestros pájaros espías, que somos,, donde estamos esta noche que termina con la cabeza rota y sangre horrible, sangre histérica en las manos que danzan como putas furiosas; pido respeto hoy por mi alma y carne, por la pregunta que tengo para el tiempo, para el viento que traerá de nuevo tus manos a mi cuartel secreto, debajo de todos los jardines del mundo, debajo de las camas que existen solo en mi cabeza que se vuelvo una sola, decisión e incertidumbre, el tiempo se aleja de mi como antes lo hiciste tu, mujer de barro que no reconozco tu sombra en el destello de la muerte, mujer misteriosa y de polvo, mujer distante, amante de lo que jamás será de los seres que pernoctan en parques siniestros ; grito a los tiempos, a los dioses olvidados que me dejen en paz, que no quiero su ayuda mágica, que no estamos acá para ellos, que no busco sus cruces ni mantos ensangrentados con licores de flores.
Déjenme en paz, esa paz que busco desde que tenia algunos años distantes, con mis bolsillos llenos de dudas y curiosidades propias de quien camina vendado por estos rumbos que se tornan confusos aun sin la venda de telas mágicas, mirándote encontré lo que buscaba, entregándome a tu alma me encontró lo que nunca quise jamás que me encontrara., pero acá estamos, con los ojos destrozados, grito en el cielo y cabeza esparcida por el mundo, estamos atados a los zapatos de las distancias que nos recorren y vacilan sin jamás presentarse, que nos posen siempre lejanos, escarbo entre las consignas, entre los gritos de sueño y nostalgia, de pasado que alumbra la cabeza intelectual de seres abstractos, llenos de colores trágicos, a donde están? Donde partieron , amigos de la noche , amigo de mis manos y mis ojos, pregunto al abismo y al tiempo que paso con ustedes, que ratón comió sus lenguas y manos, que distancia devoro su ingenio y compañía confusa.

1 comentario:

;* dijo...

saludos invisibles

palabras inexistentes

y melodías inaudiles


colores