1 de marzo de 2006

“Retrato de una tormenta”


Soy esa tormenta perdida en el tiempo, la tormenta del olimpo contra el hombre,
Aquel que habla bajo y una mujer cuelga degollada bajo el horizonte, donde hay ombligos milenarios y palomas sangrientas en heridas sin remedio y sin duda, caminos inexistentes que solo nos llevan a recorrer rincones apartados e invisibles, rodeándolos una arquitectura tan delgada como un vientre destruido por caprichos.

Soy la tormenta sanguinaria que anda y desanda como loco por el mundo, que corre hacia ciertos ojos por las noches, recorriendo labios imaginarios en la luna hasta el punto de hacer volar mariposas en el cielo sagrado y celestial de estos ángeles; la vida se derrumba y corres desesperada bajo un cielo inmenso como estas piernas cansadas.

Allá arriba, dos manos dispuestas a desaparecer se juntan y hablan en silencio con sus dedos confundidos.

1 comentario:

;* dijo...

me dejas dialogando sin palabras con lo más profundo del ser

en un shock sanguinolento

contemplando seres alados con olor a pudredumbre

desplazadas las mariposas a moradas de murcielagos


silencio, contemplación,...

brisa suave y aligeradora, es lo que anhelo... ese arcoíris que asoma discreto luego de la intensa y avasalladora tormenta