NOCHE CUARTA.

Tengo algunos sueños de estrellas desprendidas del cielo,
un recuerdo permanente de ilusiones rotas y vacías soledades con olor a tiempo, manifiesto discreto de mi locura camuflada en cortes sin motivo.

Mujer acorralada por mis sentidos sujetos a la nada,
no tengas miedo cuando te busco entre mis sabanas vacías y mis piernas cansadas, construyendo un monumento a la edad fatigada de mis años nostálgicos,
dedos carcomidos por mi nervio litigante,
inquisidor de sentencias inmorales.

Soy un buscador de sueños y rutina,
pájaro ciego de los mundos olvidados,
la derrota frente a Uds. señores de la razón incomprendida,
la derrota antes sus ojos de faros en medio de la nada.

Buscando tu camino extravié el mió,
camine por calles negras y perros que buscaban mis manos extendidas,
plazas escondidas,
cigarrillos furiosos de melancolía,
copas destruidas por manos que antes ya existían en mi alma “memoriada”.

Mujer de barro sencillo, desconocida mezcla de sabores tiene tu aroma, olores de limpieza y transparencia, sabor a tiempo desconocido. Mujer de barro sencillo, acariciada por licores ambiguos.

Tengo un sueño,
dos recuerdos y algunas colillas que compartir con el mundo,
algunos libros que se envejecen esperando algún ojo que lo construya en castillo.

Tengo un castillo en mi alma donde guardo viejas cosas,
fotografías y recuerdos,
objetos de mis noches sucias,
partes también de mis sueños quebrados.