EL GRITO DE SILENCIO

Hay en mi boca un grito ausente,
ciudades clandestinas de tiempo, silencio y miedo,
paisajes que en mi cabeza ya no existen,
muros de olvido y madrugadas extrañas.

Hay en mi alma un grito que ya no existe,
utopías gastadas con rutina y oscuridad bastarda,
la mirada destructora de cometas en el universo maldito,
las manos estiradas a una presencia abstracta,
las estrellas, los hilos de sueños que las ataban el al cielo y las fronteras terrenales, paisajes al sur de la nada,
hojas silenciosas que buscaban este camino perdido hace millones de pensamientos, años ausentes,
horas acribilladas con licor y castigo,
copas vacías, rotas, reprimidas con mi silueta imaginaria al igual que mis manos cómplices.

Hay en mi cuerpo un grito que ya no se grita,
un cuerpo vació de silencio y noches asesinas aun en mi cabeza distante,
barcos soñadores,
faros nostálgicos en profundidades de antaño,
siglos alejados de mi conciencia atormentada por lluvias en madrugadas ocultas de tu mirada.

Hay en mi boca un grito de silencio acribillado y ausente.